No quiero generalizar pero lo voy a hacer y diré qué la mayoría de los diseñadores que conozco son gente bastante freaky, fetichistas y cuando las posibilidades lo permiten, coleccionistas de objetos, inútiles en gran parte, averiados casi siempre. Pero que por su forma y «diseño» nos vuelven locos. Es curioso que coleccionando objetos de «diseño» estemos contraviniendo la principal máxima del diseño y que como todos sabemos, es la función, no la forma. Pero no voy a hablar de eso, en realidad quiero hacerlo sobre uno de mis fetiches del diseño industrial patrio, la Fase 520 C, diseñada en 1964 por Luis Perez de la Oliva
Fase nació en 1964, en pleno desarrollismo franquista. Su fundador fue un emprendedor de la época, Pedro Martín, que se asoció al diseñador Luis Pérez de la Oliva para crear una empresa de productos cotidianos -lámparas, pero también ceniceros o papeleras- de buena calidad, diseño moderno y precio ajustado. La casualidad quiso que Pedro Martín y Luis Pérez de la Oliva entablaran amistad, el primero era chatarrero y se dedicaba a la venta de tornillos en El Rastro madrileño, Los primeros modelos de FASE (léase, Fabricaciones Seriadas), propuestas de diseño nunca antes vistas que eran absolutamente modernas para la época, una combinación verdaderamente original de metal y madera, un fantástico cromado y una hermosa gama de colores. Una de sus características más destacadas fue su capacidad para moverse a través de un sofisticado sistema de articulación esférica ideado por los primeros diseñadores de FASE: la cabeza está articulada o incluso gira por completo, y la base gira sobre un eje. Su distintivo difusor de vidrio (muy difíciles de encontrar en la actualidad) también se convirtió en una marca registrada de la empresa española. Su propuesta de calidad pronto le procuro sustanciosas ventas internacionales en más de 40 países, un volumen de ventas que a día de hoy no ha sido superado, convirtiéndose en uno de los mayores éxitos empresariales de este país llegando a iluminar más de la mitad de los despachos de España.
Hoy, las lámparas Fase se han convertido en objetos de culto, reservados a coleccionistas de lo vintage, carne de interiorismo fino en películas y series de culto, han aparecido sobre el despacho de Don Draper en «Mad Men», la cuarta entrega de Indiana Jones, «La Casa de papel» y muchas más.
En mi caso y de casi por casualidad, poseo dos de estas hermosas maravillas, ambas 520 c. La primera vez que entre en la casa de la que hoy es mi mujer, una hermosa FASE 520 verde agua, reinaba sobre un mueble, fue amor a primera vista y desde entonces una amiga de mi mujer decoradora de profesión, que la pretendía, me odia un poquito…
La segunda de ellas llego a mi fruto de una afortunada casualidad y el desconocimiento de su propietario anterior que la arrojo a la basura. Una tarde al ir a tirar yo la mía, dentro del contenedor estaba esperándome ella. A su lado, destrozado después de haberlo arrojado dentro sin ningún cuidado, estaba el difusor de vidrio. De cualquier modo y aun con la pena del difusor perdido, una espléndida 520 negra y cromo se vino esa tarde a casa conmigo.
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